Sam Chedgzoy, hoy en día un futbolista bastante olvidado. Nacido en Ellesmere Port y soldado de los Scots Guards durante la Primera Guerra Mundial, estuvo en el Everton entre 1910 y 1926, disputando más de 270 partidos. Su popularidad le llegó tras un partido contra el Arsenal.
El 15 de noviembre de 1925 en Goodison Park, en el partido contra los Gunners, Chedgzoy, con un córner a favor, sacó para sí mismo, avanzó con el balón hacia el área rival, regateando contrarios, y marcó gol. El árbitro, Henry Griffiths, le anuló el tanto.
La jugada vino precedida de un apunte normativo y de una apuesta. En 1924 se afirmó que el lanzador del córner podía anotar gol directamente. La ambigüedad de la redacción llevó a Ernest Edwards, periodista del Liverpool Echo, a subrayar que nada impedía regatear hasta marcar.
Edwards se lo advirtió a Chedgzoy y le ofreció £2 si el del Everton era capaz de anotar de aquella manera desde el saque de esquina. Años después, cuando esta historia salió a la luz, Edwards admitió que su primera opción fue Donald McKinlay, del Liverpool, quien se negó.
Después de aquello, la FA se vio en la obligación de modificar la normativa con respecto al saque de esquina, apuntando que el lanzador del córner no podía volver a tocar el balón si antes no había sido tocado por cualquier otro futbolista.