hace 48 horas fui a la Residencia Ballesol de Vigo a buscar a mi madre. Llevaba allí 5 meses. Y lo que os voy a contar es de cuento de brujas
Llegó con 88 años. Vivía sola y sabía manejarse, aunque empezaba a flaquear y a necesitar ayuda. Con el Covid pensamos que en la Residencia tendría asistencia. Así entró
Le llevamos su cama y muebles de su habitación para que se sintiese más cómoda. No le gustaba la comida, y a veces solo comía pan, me contó que pidió otro bollo y le dijeron que no había. Me costó creerlo. La Ballesol para no dependientes ronda los 1.400 euros
Y un día le desaparecieron los 60 euros que llevaba en la cartera, le dimos 30 y también desaparecieron. Raro, pero en la Ballesol no le dieron importancia. Quizá estaba perdiendo un poco la cabeza y los había perdido ella, pensé. Gastar no, porque no podía salir.
Prohibieron las visitas. Y llegó el día que nos llamaron para decir que tenían que pasarla a dependiente grado máximo ¿Cómo una persona que vivía sola en tres meses se había convertido en dependiente total? El sitio ya lo veis, pinta macanudo.
Nos pusimos en marcha. Alquilamos un apartamento pegado a mi casa y organizamos el traslado. El mando de su cama articulada llegó en este estado. Que en la Ballesol tengan Covid viendo esta higiene me parece hasta poco.
Toda su ropa arrugada y poco limpia. Pero la pesadilla no había hecho más que empezar. La recogimos 4 días después y no tenía pijama, ni muda, ni zapatillas. Pasó 4 días con la misma ropa y durmiendo desnuda. Así la encontré: 14 kilos menos y abandonada