Se está proponiendo que el FROB participe en la gestión activa de la nueva CaixaBankia (como se hace con el banco alemás público KfW) y que esa participación pública incorpore criterios de interés general y de desarrollo del tejido productivo a la gestión del nuevo banco. Un hilo

Lo primero que hay que hacer es diferenciar entre gestión y control. La gestión debe corresponder al equipo directivo, que evidentemente tiene que ser nombrado con el respaldo de los accionistas mayoritarios. El control debe ejercerlo el Consejo de Administración

El FROB ha mantenido, durante la crisis anterior, hasta tres miembros en el Consejo de Administración de algunas entidades nacionalizadas, todos ellos con dedicación exclusiva. El nombramiento de estos consejeros se hacía teniendo en cuenta las peculiaridades de cada entidad.

Además, los contactos con el equipo directivo, sobre cuestiones estratégicas,  no sobre el día a día de la entidad, eran muy frecuentes

Hay que recordar que el caso de Caixa y Bankia es diferente, ya que el FROB va a tener alrededor del 15% del capital. De acuerdo a esa partcipación, nombrará a sus representantes en el Consejo, que no tendrán la mayoría

El equivalente a KfW en España es el ICO, no un banco comercial de propiedad pública. Las pocas veces que se ha querido que el ICO realice una actividad comercial como cualquier banco privado, el resultado ha sido muy negativo

Si revisamos el desglose sectorial de la actividad crediticia de la banca, ésta financia actividades en todos los sectores, tradicionales y de futuro. La clave no está en el tejido productivo, sino en el riesgo de crédito, es decir, quién soporta los quebrantos si hay un impago

La factura multimillonaria que estamos pagando los españoles por la anterior crisis bancaria se explica por diversos factores y uno de ellos fue la politización de muchas Cajas de Ahorros, lo más parecido que teníamos a una banca comercial pública. La Caixa fue una excepción