El trabajo de periodista no consiste en repetir de manera acrítica todo lo que dice el poder en cualquiera de sus formas, sin contexto ni dudas. El poder tiende a la mentira y a la autocomplacencia. Nuestro servicio es a los ciudadanos no a los poderosos
Este problema grave en el periodo is español —con numerosas excepciones— afecta a todas las secciones, desde política a deportes. Hay una dependencia emocional de quienes producen los titulares y manejan la publicidad, sea privada o institucional
Los medios financiados por sus lectores tienen menos trabas en el sano ejercicio periodístico de tocarle las pelotas al poder sea cual sea su disfraz e ideología
Un ejemplo para analizar son las web de los diarios deportivos. ¿Dónde están las noticias si son un compendio de trending tópics de cualquier materia, mujeres en bikini, anuncios de fichajes falsos y bulos sobre el covid? El deporte hay que leerlo en la prensa generalista