J.C. Monedero lleva unos cuantos tweets donde se compara con Federico García Lorca.
"A mi llaman homosexual de
, a Lorca le fusilaron"
Creo que es buen momento para dar a conocer los verdaderos motivos del asesinato de Lorca.
Dentro Hilo.
Ni por rojo ni por orientación.
"A mi llaman homosexual de

Creo que es buen momento para dar a conocer los verdaderos motivos del asesinato de Lorca.
Dentro Hilo.
Ni por rojo ni por orientación.
En la madrugada del 17 de agosto de 1936, García Lorca fue fusilado junto al maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, en un pago perteneciente a Viznar, en la provincia de Granada.

Este asesinato, al tratarse de una eminente figura artística, conocida en todo el mundo, ha dado pábulo a una verdadera leyenda, trufada de misterio, de secretismo, de oscuridad y, como no podía ser menos, de manipulaciones interesadas.

Quién mató realmente García Lorca, y por qué?
Para responder este interrogante, los propagandistas rojos, como es habitual, no ofrecen una documentación seria, ni un estudio riguroso, basándose en testimonios contrastados, sino que se inventan hipótesis, fantasías y delirios.
Para responder este interrogante, los propagandistas rojos, como es habitual, no ofrecen una documentación seria, ni un estudio riguroso, basándose en testimonios contrastados, sino que se inventan hipótesis, fantasías y delirios.

De sobra es conocida la macabra tendencia los rojos a utilizar muertos, momias y tumbas para sus perversos propósitos de adoctrinamiento, insertándolos en fabulosas cadenas de mentiras que se transmiten pasmosamente de generación en generación.

La izquierda española, lo mismo pone a votar a un muerto, que se inventa historias novelescas sobre un cadáver que interesa especialmente por su popularidad, usándolo como herramienta para conseguir votos, o para fabricar una mentira más para su memoria histórica.

Justamente esta investigación documental y testimonial que jamás han hecho los voceros del rojerío es la que han acometido los autores Miguel Caballero y María Pilar Góngora, en su libro La verdad sobre el asesinato de García Lorca.

En su peripecia investigadora, recogió casi medio centenar de testimonios de algunos de los implicados en el caso, de los cuales Miguel Caballero se ha quedado como absolutamente fiables con solamente una decena, en base a su contrastación con otros documentos de la época.

La clave para su fiabilidad es tener en cuenta que estos testimonios pertenecen a cinco personas distintas que no se conocían, que hicieron sus declaraciones en épocas distintas, a pesar de lo cual sus testimonios coinciden.

Basándose en estas fuentes documentales, los autores reconstruyen con detalle las circunstancias que rodearon el asesinato del poeta, llegando a la conclusión de que el poeta no fue fusilado por sus ideas políticas, ni por su condición de homosexual, sino por odios familiares.

El padre de Lorca tenía intensas luchas de poder con los Roldán, y con la familia Alba, la misma a la que Lorca hace protagonista en su drama La casa de Bernarda Alba, a la cual describe con tintes de oscuridad y crueldad.
Esta obra hizo exacerbar el odio contra él.
Esta obra hizo exacerbar el odio contra él.

En Agosto del 36 se produjeron dos irrupciones en la Huerta de san Vicente, donde veraneaba Lorca, llevadas a cabo por los hermanos Miguel y Horacio Roldán, primos del poeta.
El drama lorquiano destaca por relaciones familiares y cuentas pendientes que provocaron el asesinato
El drama lorquiano destaca por relaciones familiares y cuentas pendientes que provocaron el asesinato

La detención en casa de los Rosales fue llevada a cabo por Ruiz Alonso, Martín Lagos y Juan Luis Trescastro, cuya mujer era prima del padre del poeta.
Trescastro era militante de Acción Popular, al igual que los hermanos Roldán, y trabajaba como abogado para esta familia.
Trescastro era militante de Acción Popular, al igual que los hermanos Roldán, y trabajaba como abogado para esta familia.

En el pelotón de ejecución se encontraba Antonio Benavides, compadre de Trescastro, primo de los Roldán y sobrino nieto de Matilde Palacios Ríos, la primera mujer del padre del poeta, y con la que tuvo disputas judiciales a costa de la herencia.

El hecho de haber sido secretario personal de Fernando de los Ríos y su compromiso con la República influiría en su asesinato, pero esa simplificación de por “rojo y maricón” hoy no cuela.
Lorca era un ferviente republicano, pero no era rojo.
Lorca era un ferviente republicano, pero no era rojo.

Como es de suponer, esta versión documentada de la historia no gustó ni a su familia ni a la historiografía marxista, porque los ajustes de cuentas restan épica e idealismo a la muerte del poeta, además de no ser válido para su manipulación de la memoria histórica.

Estamos, pues, ante una vendetta más de tantas como se desarrollaron en la España de aquel tiempo, ante una historia de venganza perfectamente homologable con las que se desarrollaron en muchas localidades españolas.

La contienda fratricida la aprovecharon como coartada para ajustar cuentas con aquellos con los que se tenían rencillas pendientes, pues en el estallido de violencia de aquel tiempo se camuflaban sin problema el robo, el asesinato, la delación y la venganza.

Apelando a ideales, escondiéndose en el fragor de una sociedad desmoronada donde la ley y la ética
apenas significaban nada, se aprovecharon esas circunstancias para saldar deudas, vengarse de
afrentas, resarcirse de injurias, y de paso confiscar propiedades ajenas.
apenas significaban nada, se aprovecharon esas circunstancias para saldar deudas, vengarse de
afrentas, resarcirse de injurias, y de paso confiscar propiedades ajenas.

Bajo la fanfarria y el estruendo de las causas políticas, de la lucha contra el enemigo, lo que latía era la codicia, el odio y el miedo.
