El cuadro de la Mona Lisa es quizás uno de los más conocidos en el mundo, y su enigmática sonrisa genera siempre muchas preguntas. ¿Alguna vez se preguntaron por qué no hay cuadros con gente sonriendo? ¿Qué pasa que hay tanta amargura en la historia del arte #ParaEstoEstudiéArte
Para muchos, una visita al museo representa una experiencia solemne y sagrada, quizás no tanto por los edificios con sus amplias salas: en realidad, a veces tiene que ver con el hecho de que todas esas caras pintadas tan magistralmente están muy, pero muy serias. Ninguna sonríe.
Durante gran parte de la historia, un retrato con la boca abierta se consideró mal visto y feo. Sin embargo, hoy en día percibimos una sonrisa como un símbolo de amistad, felicidad o afecto. Es lo que exigimos para cualquier selfie.
Podríamos aventurar que en el pasado, la gente se abstenía de sonreír en los retratos para evitar mostrar una mala dentadura, dada la mala higiene dental que era tan común. Sin embargo, si te faltaban un par de dientes no te afectaba a la facha.
La respuesta es mucho más sencilla: hoy en día, una selfie te toma 1 seg. Tardamos más en encontrar la pose que nos guste que en sacar la foto. Pero posar para un retrato llevaba HORAS. Era una cosa extenuante y no cualquiera se la bancaba.
Cuando lxs pintorxs lograban convencer a sus modelos para que hagan una pequeña sonrisita, el retrato rápidamente era visto como algo radical (exagerados siempre): la sonrisa se volvía el centro de la atención del espectador.
El artista renacentista Antonello da Messina fue uno de los pocos que pintó sonrisas en varias de sus obras. Messina había aprendido la técnica de la pintura al óleo desarrollada en los Países Bajos, que privilegiaba una observación directa de la naturaleza…
La sonrisa era una manera de mostrar la vida interior de sus modelos. Pintó este cuadro 30 AÑOS antes que Da Vinci pintara su Mona Lisa. Por el otro lado, la mejor sonrisa de Da Vinci es la que aparece en la pintura San Juan Bautista, un cuadro mucho más desconcertante.
Para el s XVII en Europa, la aristocracia había decidido que mostrar los dientes en público y en el arte era una expresión reservada a las clases bajas, a los borrachos y a los artistas de teatro. Sin embargo, a los holandeses no les importaba hacer retratos así.
(Frans Haals)
(Frans Haals)
En los Países Bajos estaban muy metidos en esta de mostrar la realidad tal cual era, con sonrisas, dientes y todo. Esto lo podemos ver en pinturas de Franz Hals, Gerrit van Honthorst y Judith Leyster.
En estas pinturas se hace explícito el tono sexual y pícaro dado por la borrachera: el violinista le quita una copa de vino al espectador, con los cachetes colorados de tanto alcohol previo. Los tres músicos, por el otro lado, parecen al borde de un ménage-à-trois.
Estos artistas estaban claramente influenciados por Caravaggio: en esta alegoría del amor y de la belleza adolescente encontramos instrumentos musicales tirados por el piso, junto a Eros desnudo, con flechas en sus manos y mirando escabrosamente al espectador.
Esta perdurable fascinación por las sonrisas de labios cerrados como la de la Mona Lisa continuó distinguiéndose en retratos elegantes de las damas de la elite, y sugieren una aura de coquetería y seducción.
(Rubens, Goya e Ingres)
(Rubens, Goya e Ingres)
Poco después de la invención de la fotografía a mediados del siglo XIX, la efímera sonrisa se convirtió en un requisito para el retrato. Pintorxs modernxs y contemporánexs trabajaron el retrato presentando sonrisas perturbadoras para sugerir significados sociopolíticos.
Kerry James Marshall, por ejemplo, hace una referencia a la novela de Ralph Ellison El hombre invisible mientras elabora un comentario sobre las caricaturas racistas.
Yue Minjun, por el otro lado, ha hecho una carrera a partir de autorretratos con muecas y sonrisas exageradas mientras recrea poses de obras icónicas del arte occidental. Escondido tras las sonrisas congeladas se halla un comentario social y una crítica política.
La sonrisa, ¿es una expresión que revela o que esconde? De muchas maneras, su recepción a lo largo de la historia del arte dice mucho sobre nuestra voluntad sobre vernos a nosotros mismos, y a los demás.
Si les gustó, denle RT y siganme para más datos falopa en https://instagram.com/paraestoestudiearte. Basé este hilo en el genial artículo de Julia Fiore, Why Are Smiles So Rare In Art History. Lo encuentran acá emoji https://www.artsy.net/article/artsy-editorial-smiles-rare-art-history